
La ejecución mediante inyección letal del mexicano José Ernesto Medellín Rojas puso de relieve las tensiones entre México y Estados Unidos sobre la pena capital, consideró la prensa estadounidense.
Medellín fue ejecutado la noche del martes en Texas, después que la Suprema Corte de Justicia desestimó un amparo de última hora para suspenderla, tras notar que tanto el Congreso como la legislatura texana no tomaron acción alguna al respecto.
La acción tuvo lugar luego que fue rechazada la petición de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya de suspender la ejecución de Medellín y la de otros mexicanos condenados a muertes y revisar de nuevo sus casos.
El diario The New York Times apuntó que la ejecución de Medellín por parte de las autoridades texanas se dio "en desafío de un fallo de una corte internacional y pese a las peticiones de la administración (del presidente George W.) Bush para una nueva audiencia".
"El caso de Medellín se ha convertido en el punto focal de una disputa entre México y Estados Unidos sobre si los mexicanos han sido negados a juicios justos porque nunca tuvieron oportunidad de hablar con un cónsul", agregó.
Por su parte, Los Angeles Times indicó que "el intenso debate en los dos países sobre las políticas de migración probablemente ha contribuido a la controversia en torno a la ejecución".
David Fathi, director de Programa para Estados Unidos de la agrupación Human Rights Watch, dijo al diario que "el hecho de que Medellín fuera mexicano en lugar de Suizo, hace una diferencia".
"Ciertamente es algo que juega un papel en el amplio debate y los amplios temores que mucha gente tiene sobre la migración desde México", señaló.
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