El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró el estado de emergencia el miércoles en Texas, cuyas autoridades comenzaron a ordenar evacuaciones ante la cercanía del huracán Ike que atraviesa el Golfo de México en dirección a ese estado norteamericano.
La declaración presidencial permite liberar ayuda federal para apoyar los esfuerzos locales, en momentos que el estado se prepara para recibir al ciclón este fin de semana.
"El presidente declaró que existe una emergencia en el estado de Texas y ordenó ayuda federal para apoyar los esfuerzos de respuesta local y estatal, debido a las condiciones de emergencia que resultan del huracán a partir del 7 de setiembre de 2008", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino.
Las autoridades locales, por su parte, lanzaron una orden de evacuación obligatoria para las zonas costeras al sur de Galveston, Texas (sur), a primera hora del miércoles, informaron funcionarios del condado de Brazoria.
Tras arrasar Cuba, Ike avanzaba por el Golfo de México, donde están ubicadas numerosas refinerías estadounidenses, y se dirigía al sur de Texas, a donde podría llegar a comienzos del sábado, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami.
Las compañía anglo-holandesa Shell anunció que completaría la evacuación del personal de sus instalaciones marítimas el miércoles.
A las 12H00 GMT el ojo de Ike se ubicaba a 230 kilómetros al norte de la punta occidental de Cuba y avanzaba a 13 kilómetros por hora, indicó el NHC.
El gobernador de Texas, Rick Perry, declaró previamente la amenaza de desastre en 88 condados y en la zona costera, para ayudar a liberar recursos y aliviar el camino para la llegada de ayuda federal.
En su paso por el Caribe, Ike dejó más de un centenar de muertos, la mayoría en Haití y cuatro en Cuba.
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