


Un par de pendientes y tres anillos, valorados en total de unos US$1,4 millones, quedaron en poder de la policía tras el famoso episodio de agresión que sufrió la cantante a manos de su entonces novio. Rihanna está ahora desesperada por lograr que le devuelvan sus pertenencias, ya que se trataba de un préstamo para lucir en una fiesta anterior a los premios Grammy, según informa el sitio TMZ.
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